Lección:
Lectura: 2017-11-18
Referencia: Lucas 2:25-35 (RVR1960)


25Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.
26Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor.
27Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley,
28él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo:


29Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz,

Conforme a tu palabra;


30Porque han visto mis ojos tu salvación,


31La cual has preparado en presencia de todos los pueblos;


32Luz para revelación a los gentiles,

Y gloria de tu pueblo Israel.


33Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él.
34Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha
35(y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.


El texto bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.

Reina-Valera 1960® es una marca registrada de American Bible Society, y se puede usar solamente bajo licencia.

Ver versión web
Darse de baja