Lección:
Lectura: 2018-02-17
Referencia: Salmos 34:1-10 (RVR1960)

La protección divina

Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue.


1Bendeciré a Jehová en todo tiempo;

Su alabanza estará de continuo en mi boca.


2En Jehová se gloriará mi alma;

Lo oirán los mansos, y se alegrarán.


3Engrandeced a Jehová conmigo,

Y exaltemos a una su nombre.


4Busqué a Jehová, y él me oyó,

Y me libró de todos mis temores.


5Los que miraron a él fueron alumbrados,

Y sus rostros no fueron avergonzados.


6Este pobre clamó, y le oyó Jehová,

Y lo libró de todas sus angustias.


7El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,

Y los defiende.


8Gustad, y ved que es bueno Jehová;

Dichoso el hombre que confía en él.


9Temed a Jehová, vosotros sus santos,

Pues nada falta a los que le temen.


10Los leoncillos necesitan, y tienen hambre;

Pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.


El texto bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.

Reina-Valera 1960® es una marca registrada de American Bible Society, y se puede usar solamente bajo licencia.

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