Lección:
Lectura: 2018-01-21
Referencia: Lucas 23:32-46 (RVR1960)


32Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos.
33Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
34Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.
35Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios.
36Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre,
37y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo.
38Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ÉSTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.


39Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.
40Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?
41Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo.
42Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
43Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.


44Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
45Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad.
46Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.


El texto bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.

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